Qué es el TDS (Sólidos Totales Disueltos) y por qué es clave en el control del agua.
Miércoles 24 de Septiembre, 2025
En el mundo del tratamiento de agua, uno de los parámetros más importantes a monitorear es el TDS (Total Dissolved Solids), o Sólidos Totales Disueltos. Este indicador revela la cantidad de minerales, sales, metales y otros compuestos disueltos en el agua. Medir y controlar el TDS es esencial para garantizar la calidad del agua, tanto en aplicaciones domésticas como en procesos industriales.
¿Qué compone el TDS?
El TDS está compuesto por una variedad de elementos, entre los que destacan: calcio, magnesio, sodio, potasio, bicarbonatos, cloruros, sulfatos y nitratos. Estos sólidos disueltos pueden provenir de fuentes naturales, aguas subterráneas, escorrentía urbana o residuos industriales.
El TDS se mide en partes por millón (ppm) y se puede determinar con dispositivos como el medidor de TDS o mediante análisis de laboratorio.
¿Por qué es importante controlar el TDS?
Un nivel alto de TDS puede afectar el sabor, olor y apariencia del agua, además de causar corrosión o incrustaciones en tuberías y equipos. En el caso de agua potable, un exceso de TDS puede ser perjudicial para la salud, especialmente si contiene metales pesados o contaminantes.
En el ámbito industrial, controlar el TDS es clave para proteger sistemas de ósmosis inversa, calderas, torres de enfriamiento y procesos de producción. Si no se mantiene dentro de los rangos óptimos, se pueden generar fallas, pérdidas de eficiencia y daños costosos en equipos.
¿Cuáles son los niveles recomendados?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el agua potable debe tener un TDS inferior a 500 ppm. En procesos industriales, el valor ideal varía dependiendo del uso específico, pero en muchos casos se requiere agua con niveles inferiores a 50 ppm, especialmente en aplicaciones críticas.
¿Cómo reducir el TDS?
Existen varias tecnologías para reducir los niveles de TDS, como:
Ósmosis inversa
Destilación
Intercambio iónico
Estas soluciones permiten obtener agua de alta pureza para consumo humano, laboratorios o industrias sensibles.
Conclusión
Monitorear y controlar el TDS es fundamental para asegurar la calidad del agua, proteger la salud, mejorar procesos industriales y prolongar la vida útil de los equipos. Una inversión en tecnología de tratamiento adecuada garantiza eficiencia, cumplimiento normativo y sostenibilidad a largo plazo.